Por qué los perros son tan apegados
- universumk9mid
- 22 jul 2022
- 2 Min. de lectura
Los perrosdependientes o demasiado apegados a sus cuidadores, entendiendo aquí el apego como hiperapego, son aquellos que necesitan de la presencia de sus figuras de referencia para estar bien y ser felices. De lo contrario, sufren. Un animal con este tipo de conducta no nace, sino que se hace, y esto es consecuencia de la acumulación de uno o de varios factores: destete temprano, acumulación de estrés de la madre durante el embarazo, no haberle ofrecido herramientas de autogestión a lo largo de su crianza y educación, hiperestimulación en la fase de cachorro… ¿En qué se diferencia de la ansiedad por separación? ¿Cuándo podemos considerarlo amistad y cuándo enfermedad? ¿Podemos hacer algo para prevenirlo? Te ofrecemos todas las respuestas en este artículo.

Pero, ¿cuándo hablamos de amistad y puro amor del perro hacia su familia, y cuándo de una dependencia que le hace sufrir? “Amistad es cuando cada uno disfrutamos de la compañía del otro y eso nos ayuda a ser felices. Dependencia es cuando necesitamos de la compañía del otro y, si no estamos juntos, somos infelices”, nos explica Noel Espinosa.
Profundiza un poco más en ello Juan Carlos Castilla Elena, adiestrador, educador canino titulado, y etólogo canino en NobleCan: “En la amistad entre el perro y su cuidador, ambos son independientes. El perro no presenta angustia ni deseos de estar todo el tiempo con su dueño, quiere su espacio y da el suyo al cuidador. Por supuesto, se alegra de ver al dueño, pero le deja tranquilo después de que lo ha saludado, y nunca es agresivo ni celoso cuando otro animal u otra persona interactúa con él. Es dependencia emocional que le hace sufrir cuando el perro no respeta el espacio de su cuidador (si va a otra habitación le sigue y exige entrar en donde esté a cada momento del día). Además, el perro no quiere quedarse solo en casa, llorando, ladrando, y rompiendo cosas cuando esto ocurre; incluso en ocasiones puede orinar y defecar por la casa, y llegar a ser agresivo con otras personas o animales que se acerquen a la persona que consideran suya. Al regreso de su dueño, el perro siempre saluda de una forma exageradamente efusiva, con saltos, carreras y gimoteos y, a partir de ese momento, reanuda la rutina de buscar continuamente el contacto siguiendo a su dueño por todas partes reclamando su atención”.
Aunque pensemos que hay razas emocionalmente más dependientes de sus cuidadores, para algunos expertos no es así. “No hay razas, sino individuos dependientes”, opina Noel Espinosa, que insiste en que “la principal causa de las diferentes conductas de los perros dependen del entorno, es decir, del modo de educarlos (y algún otro aspecto), más que de la genética. También tiene una gran influencia el estado de estrés de la madre en el momento de la gestación, más que la raza a la que pertenezca”. Sí existen razas más propensas a sufrir dependencia emocional para otros entendidos, como es el caso de Juan Carlos Castilla: “aquellas catalogadas como de pastoreo, de caza, perros de trineo, y perros toy, por su naturaleza aún más marcada para convivir en manada”.
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